domingo, 10 de junio de 2018

Arqueología rolera I. ¿Por qué lo llaman amor cuando están hablando de sexo?


Escribí este artículo a mediados de los 90
Me gustaría pensar que las cosas han cambiado (y para mejor). Por lo menos parece que con los años los frikis roleros hemos aprendido a reproducirnos...

¿Por qué lo llaman amor cuando están hablando de sexo?

...Sabed señora, que hay tres clases de amores: virtuoso, provechoso y vicioso.
El primero es cuando algún gran señor (...) ama a una doncella, y para ella es de mucho honor (...) que entre en batalla por amor a ella (...).
El segundo es de tipo provechoso (...) cuando un gentilhombre ama a una doncella y con regalos la inclina a su voluntad.
El tercero es el vicioso, cuando la doncella ama al caballero para su deleite (...). Un amor como éste me parece a mí mucho mejor que los otros.

 Joanot Martorell (Tirant Lo Blanc)

¡Cuánta razón tenía la sabia Estefanía, criada de Carmesina, (compañera de aventuras y cama del célebre Tirante el Blanco)! En nuestras partidas, los roleros solemos reirnos del primero, y consideramos al segundo demasiado sórdido. Al parecer, tanto nosotros como los personajes que interpretamos tenemos la lección bien aprendida.

No obstante... (siempre hay un "no obstante"), ¿nunca os habéis parado a pensar cómo tratan el amor y el sexo los juegos de rol? Una rápida ojeada a varios manuales al azar nos demuestran claramente que para los diseñadores ambos términos son sinónimos. Los escasos reglamentos que hacen referencia a ello (y no citaremos nombres que queda feo) se limitan  a considerar a las mujeres como poca cosa más que coños con patas (con perdón por la expresión machista, grosera y zafia pero extremadamente gráfica), cuyo uso, abuso y disfrute puede reportar, además, algunos puntos de experiencia.

Volviendo a la parrafada de Estefanía, el segundo amor no se nombra (¡por Dios, que el proxenetismo es delito!) y el primero sigue siendo cosa de tontos. Y quizá tengan razón. A ningún jugador le sentaría bien que, por azares del DJ (Destino Jurado), las reglas y una tirada tonta de dados nuestro PJ se enamorara loca y perdidamente de la lagarterana con bigote de turno. Eso, debería ser decisión de cada jugador, a la hora de interpretar su PJ. Del mismo modo que, a lo largo de partidas y más partidas, puede nacer una amistad sincera entre dos PJ... ¿por qué no puede nacer el amor? (previo paso de la amistad, confianza, finalmente afinidad y ¡por qué no! incluso sexo). Y estoy hablando de amor verdadero, de los de cuentos de hadas y culebrones de TV, del de "vivieron perdices y comieron felices" (o algo así), no de un revolcón pasajero.

¡Bufff! Oigo rasgarse las vestiduras ya desde aquí, y en este lado temporal aún estoy tecleando el artículo. “Sí, claro, -estarás pensando- “la” única socia tiene novio (y lista de espera) y yo no me dedico a hacerle requiebros al  primero que lleve un PJ femenino, que seguro que me toca el friki de turno que te sabe decir la lista completa de los episodios de Babilon 5 en servocroáta  y que, además de hurgarse la nariz, hace catedrales góticas con los mocos”. Pues podría intentarse, que esto es solamente un juego de imaginación... Ya sé que cuando nos da por llevar PJ femeninos los interpretamos o bien como ninfómanas en celo o bien como féminas asexuadas... (una muy buena amiga mía quiso acabar con eso proponiendo a los machitos de su club una partida en la que llevaban todos ellos a Drag Queens... pero eso es otra historia). Y lo más triste es que “la” socia, la mayor parte de las veces, dice que ella no se queda atrás, y que si se trata de pegar tiros seguro que puede vaciar más cargadores que nadie... Sinceramente, probar a darle margaritas a una Rambo con sujetador queda como mínimo patético (aunque no deja de tener su lado divertido)

Quizá nosotros que presumimos de tanta imaginación y de tanta experiencia roleando e interpretando, deberíamos, a veces, relajarnos un poco, y además de dedicarnos a soltarle espadazos (imaginariamente) a todo lo que se mueva en el módulo de turno, podríamos interaccionar un poco con el grupo, y a todos los niveles, que para eso está. Y para los que temáis cambiaros de acera, pensad que desarrollar suficiente sensibilidad para intentar imaginar cómo se siente una mujer ante según que situaciones quizá os sirva cuando estéis frente a ellas. Y no me refiero a los desplegables del Play Boy, sino para pensar que vuestra chica quizá se espere de la cita un poco de romanticismo y atención, y no una carrera para ver quién se queda antes en ropa interior, o quien es capaz de hacerle cosquillas al otro con la lengua en el cogote (por la parte de dentro)

Felices partidas.