martes, 13 de noviembre de 2018

Machismo y Rol



Estaba tomando un café con mi sobrina. Por esa manía que tenemos los tíos amorosos sin hijos propios, siempre la veo como ese bebé de semanas a la que cambiaba los pañales, pese a que va camino de los treinta y es una excelente y reconocida profesional en su campo. Por ello a veces me sorprenden sus respuestas.
Le comentaba que siempre había considerado el rol un reducto frente a los restos machistas que aún arrastra nuestra sociedad, pero que de un tiempo a esta parte empezaba a tener serias dudas.
Mi sobrina bufó como una gata (y eso que no le gustan los gatos) y me contestó:

Tiet, la sociedad ES machista, te pongas como te pongas. Puede que menos que hace veinte o treinta años, pero absolutamente todas las mujeres, a partir que se nos empiezan a marcar los pechos, sufrimos algún tipo de acoso. Por suerte, en la mayoría de los casos es verbal, pero también hay tocamientos y roces no solicitados de parte de tus compañeros de trabajo, estudio u ocio (cuando no por perfectos desconocidos en el transporte público o en plena calle) y por los que callas e ignoras, pues si protestas quedas como histérica en el mejor de los casos. Y el rol, y perdona que te lo diga, no es una excepción en absoluto.

Puede que la vea como una niña, pero tengo mucho respeto a la opinión de mi sobrina (al fin y al cabo, es la que sacó la cabeza mejor amueblada de la familia), así que las ganas de realizar un pequeño estudio entre jugadoras de rol adquirió carácter de urgencia. No soy analista de datos ni tengo grandes conocimientos de estadística... pero que el lector juzgue por sí mismo:

La franja de edad de mujeres encuestadas se encuentra entre los 40 y los 20 años. El 82% de ellas tiene un tipo de trabajo de corte liberal (enseñanza, administración, marketing). La más veterana afirma llevar 24 años jugando a rol. La más “novata”, sólo 2. De media su experiencia lúdica es de unos 15-20 años. Las encuestadas residen (principalmente) en las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla y León, Cataluña y Galicia.

Un 45´4% contestó afirmativamente a la pregunta ¿Te has sentido ninguneada por el hecho de ser mujer en el ambiente rolero?” (Cosas del estilo “no sabes jugar” o “aparta que lo hacemos nosotros. Sin embargo muchas de las encuestadas señalaron que no jugaban con cualquiera, al contrario, escogían con mucho cuidado a sus compañeros de mesa. En eventos del mundillo donde no se juega con el grupo habitual el “paternalismo” (suponer que no conocen realmente la afición, que están “por el novio”, como dicen algunas) o directamente el desprecio misógino se eleva a un 72´7%

El porcentaje de casos de acoso a jugadoras alrededor o en las mesas de juego es del 63´6%. Normalmente es de tipo verbal (“me soltaron un par de frescas muy machistas y dejé de jugar con ellos”); (“ hay ciertos jugadores que tener a mujeres al lado y un ambiente distendido, les provoca un comportamiento soez y vulgar”). Lo más preocupante es que un 9% confiesa haber sufrido acoso físico en forma de tocamientos casuales o claramente intencionados.

En el rol por foro, o directamente en los grupos de las RRSS, el anonimato de Internet favorece situaciones más radicales (y más cobardes): Comentarios hirientes, en ocasiones insultos e incluso amenazas. Me gustaría pensar que son obra de niños-rata... pero en tal caso hay muchos. Demasiados.
Un 9% confiesa jugar con nick de hombre en juego de rol por foro (en el que no hay videoconferencia sino simplemente comunicación escrita) para ser mejor aceptada.

Los casos de acoso y ninguneo se dan DENTRO DEL JUEGO (es decir, entre personajes jugadores masculinos y femeninos) en un 54´5% aunque las hay que lo justifican diciendo “que en juegos de época como “La Llamada de Cthulhu o Aquelarre (sic) es algo justificado por el papel histórico de la mujer” (Al final resultará que sí soy un autor machista y aún no me había enterado...) Sin embargo, esos casos de acoso entre PJ se dan mucho más raramente (o nunca) si el jugador del PJ femenino es un hombre.

En este sentido, a la pregunta de ¿Tus compañeros de mesa te tratan mejor si llevas un PJ masculino? Un 63´6% manifestó que sus compañeros se comportaban igual (para bien o para mal) fuera cual fuese el sexo de su PJ. Eso sí, un 27´3% admitió que nunca lleva PJ masculinos.

Respecto a la última pregunta ¿Se comportan los jugadores de rol masculinos de manera diferente cuando interpretan PJ femeninos? Un rotundo 72´7% contestó afirmativamente (“todos parecían mutar en algo así como "putillas gilipollas"); (“acaban siendo autenticas ninfómanas”); (“normalmente hacen una versión ridícula de una mujer hipersexualizada o idiota”).

Aunque en este último caso se puntualiza que los que más ridiculizan a las mujeres suelen ser los jugadores de menor edad, si esta es la imagen que los jugadores de rol tenemos de las mujeres...

No sé, quizá que nos lo hagámonos mirar ¿no?

Me hubiera gustado terminar este artículo diciendo que la época en la que una muchacha podía entrar a un club de rol sin que la mirasen como una “bicha rara”, un “estorbo” o alguien “que no se entera de qué va esto y viene por el hermano o el novio” era cosa del pasado.

De verdad, me hubiera gustado mucho.

¿Fomenta el juego de rol el machismo? Rotundamente no. Lo fomentan los grupos cerrados, prácticamente “endogámicos” de jugadores que no quieren abrir su afición a foráneos... y mucho menos a mujeres. Podrían ser de una peña taurina, o de fútbol, de vídeo juegos (esos hay que darles de comer aparte) o de jugadores de ajedrez.

¿Es el rol un reducto intelectual e idílico en el que se respeta la igualdad y todo eso? Rotundamente tampoco. Y los chistes de roleros vírgenes me siguen pareciendo de mal gusto... pero quizá un poco más creíbles.