martes, 9 de julio de 2019

Como cocinar correctamente carne de dragón


La siguiente receta aparece en la “Guía de Volo para Aguas Profundas”, obra de Ed Greenwood. Se publicó a finales de los 90 en los USA (y en el año 2000 aquí, de la mano de Martínez Roca).
 

Guiso de Dragón.


Ingredientes:

6 tomates maduros grandes
14 cebollas picantes
1 pizca de sal
1 puñado de hinojo
1 pizca de pimienta negra
1 odre de leche de cabra
Agua limpia y abundante
Carne de Dragón, 10 libras (unos 5 kg)


Receta:

Calentar agua en un caldero hasta que hierva y sumergir los tomates con un cucharón lo que tarde en recitarse una jaculatoria. Sacar y pelar con un cuchillo bien afilado, desechando la fina piel del tomate. Volverlos a sumergir ahora que están pelados.

Cortar las cebollas en finas rodajas añadiéndolas a continuación al caldero junto con la sal, el hinojo y la pimienta.

Quitar las escamas y demás partes no comestibles de la piel del dragón. Cortar la carne en pedazos manejables y agregar al caldero cuando hierva de nuevo. Dejar así lo que un cirio tarde en consumirse una pulgada.

A continuación dejar de avivar el fuego. Cuando el contenido se esté espesando añadir la leche de cabra y el perejil. Dejar reposar hasta que toda la grasa de la carne de dragón  quede en la superficie. Retirarla y volver a calentar la mezcla antes de servir.


A nivel personal y si no tenéis que cocinar para un regimiento limitaría las cantidades a uno o dos tomates, dos cebollas y 1 kilogramo de carne.

También cambiaría la leche de cabra por leche evaporada, añadiría mucho más picante (semillas de pimienta cayena y pimentón picante pueden casar muy bien)  y, el detalle más importante, en lugar de carne de dragón pondría carne de pollo o aún mejor carne de pavo... Que es más asequible y, a fin de cuentas, sabe igual...

¿Y como lo prepararía yo en mi casa?

Primero cortaría las cebollas muy finas y las pocharía con un chorro de aceite de oliva, vigilando que no se quemasen. Cuando las cebollas tomasen color echaría la carne para que se sellase y quedase jugosa, y luego el tomate ya pelado y triturado (que también se puede echar de lata). Es un buen momento para echar las hierbas y el picante. Cuando el tomate ha cambiado de color y ya es en lugar de rojo anaranjado es el momento de añadir agua, darle un par de hervores, añadir la leche evaporada y el perejil picado por encima... ¡Y a comer!